Mi sístole, sin diástole ni dueño
"Una cruel realidad"
Una fría tarde de invierno...
Un padre junto a su hijo caminaban por un humilde sector, el padre cargaba un voluminoso saco sobre sus hombros, se dirigían a un vertedero del sector, el niño conservó absoluto silencio hasta llegar al lugar.
PADRE: creo que por aquí está bien hijo
HIJO: para qué?
En ese instante el padre vierte el saco que sostenía, dejando caer desde este a un anciano sobre el piso, el niño asombrado al verlo se conmueve y su mirada distribuye una lagrima en su mejilla.
el niño pregunta al padre:
¿por que votas a mi abuelo?
el padre responde:
por que ya está viejo, enfermo y no sirve para nada.
PADRE: vamos hijo, apúrate
El niño toma el saco vacío y sigue a su padre.
Caminaron 20 minutos en silencio alejándose del lugar, de pronto el padre pregunta al hijo
¿por qué trajiste el saco de vuelta?
el niño lo mira a los ojos diciendo:
lo necesitare para cuando tú estés viejo, enfermo y ya no sirvas para nada.